Es la amabilidad de su gente, sus detalles, su tranquilidad y su belleza, lo que hace de Buena Vista uno de los lugares más impresionantes de Chame, y es precisamente el conjunto de estos detalles lo que hacen que la imagen de este sitio de trabajo duro y descanso, se englobe en su concepto, ya que es una tierra para disfrutar para cada rincón.
Ubicación Geográfica
Pertenece al Distrito de Chame, específicamente al corregimiento de Buenos Aires.
Buena Vista es un pequeño poblado rural que basa su economía en el cultivo de la tierra y la cría de ganado. Es un lugar donde se disfruta de la montaña, resultando imposible sustraerse al ambiente saludable, con aguas que parecen brotar del centro de la tierra, un aire puro y una naturaleza primitiva.
A unos 15 km de la carretera interamericana, después de pasar los poblados de Bejuco, Llano Grande, Buenos Aires y Bajo del Río, encontramos Buena Vista, sitio enclavado dentro del corregimiento de Buenos Aires, en medio de una cedena montañosa, formadas por varios cerros y colinas que alcanzan entre los 400 m y 700 m de altura sobre el nivel del mar. En esta geomorfología abrupta se asoman profundos cañones que guardan en el fondo una hermosa vegetación tropical, un conjunto de cerros escabrosos de unicas y espectaculares formas, llamando más la atención del conocido cerro El Peñón de 467 m, una obsesión para cualquier montañista que desee escalarlos o simplemente caminar por el fondo de estrechas paredes rocosas pobladas de plantas exóticas de varios metros de altura.

La tierra en su estructura geológica no es muy antigua, pero los árboles que presiden los cañones estaban allí mucho antes de la llegada de los primeros pobladores. Por todos lados, la ausencia de señales del hombre sugiere un caracter de soledad y espiritualidad que ha empezado a atraer personas con nuevos ideales que se ven enfocados en el ecoturismo, dejando atrás la historia de quienes cazaban venados y talaban árboles para construir sus casas, corrales o simplemente transformar el área para potreros de sus animales.
Este pueblo es uno de esos lugares que desde que uno pone los pies en él, encuentra muchas sorpresas. O de hecho, aún antes cuando no se ha llegado, se puede observar una gran extension de áreas verdes donde predominan los árboles de gran altura y distintas tonalidades.
Este panorama montañosos es como una herradura sin limar que envuelve al pintoresco pueblo que cada fin de semana durante el verano transforma el tranquilo estilo de vida en una aglomeración de visitantes entusiastas procedentes de la ciudad o de poblados cercanos que llegan hasta Las Huacas a disfrutar del río, muchos de ellos desconocen que unos kilometros más arriba hay un bello rincón de Buenos Aires, encerrados en brazos de la naturaleza.


Una vez en el poblado se darán cuenta de los diversos lugares que pueden visitar, como, El Salto del Duende, con varias paradas a lo largo de 60 minutos de camino que se toman antes de llegar a ese punto, cuya eminencia posee mitos y leyendas de origen sobrenatural.
Es un sitio donde la erosión provocada por las corrientes torrenciales de la quebrada La Vaca sobre el duro material de las rocas que forma estas cumbres, ha sido factor creador de la fantástica y caprichosa cascada de más de 50 m de altura con desfiladero cubierta de maleza que se convierten en túneles por donde corren gran cantidad de arroyos que abren paso por los estrechos cañones.