Del lado del Océano Pacífico, a unos 70 km de la ciudad de Panamá por vía interamericana, se encuentra un área de 30 km de perímetro costero, con aguas tranquilas y una serie de islas y canales a lo largo de estuarios, donde albergan unas 5,000 has. de bosques de mangles, lo que ha permitido la proliferación de una variada ictiofauna, resultando ideal la pesca, el paseo en bote o simplemente un descanso a orillas del mar.
Ubicación Geográfica
Esta zona se encuentra en la costa pacífica del Istmo, ocupando el exptremo eccidental del Golfo de Panamá, en los cuadrantes 8° 33’00” y 8° 44′ 44″ de latitud norte y entre los meridianos 79° 41′ 30″ y 79° 50′ 15″ de longitud oeste, comprendiendo los distridos de Chame y Capira.
El clima es cálido, sol brillante, cielo azul y el paisaje boscoso, son los primeros puntos que llamarán la atención, un lugar no solo de diversión sino también de enseñanza del cómo y por qué cuidar nuestros recursos naturales
Localizada en el extremo occidental del Golfo de Panamá, La Bahía de Chame comprende un total de seis (6) corregimientos que son: Punta Chame, El Líbano, Bejuco y Sajalices del Distrito de Chame; Campana y Cermeño del Distrito de Capira.

En su aspecto geológico, esta región se formó en la era Cenozoica, en el periodo cuaternario reciente, debido a la acumulación de sedimentos fluoviomarinos. La misma se ha clasificado morfológicamente hablando, dentro de las regiones bajas y planicies litorales que comprenden las zonas deprimidas constituidas por rocas sedimentarias marinas. La topología varía de aplanada a poco onduladas, con declives que oscilan entre lo muy débil y débil con alturas que no sobrepasan los 20 m sobre el nivel del mar.
Su morfología litoral está vinculada al ultimo ascenso glacioeustático del nivel marino, resultando de las caletas de hielos de la última glaciación. Durante el periodo cuaternario se producen desplazamientos de la línea de costa, evidentemente como consecuencia de las variaciones del nivel del mar en relación con los fenómenos glaciales

Presenta una configuración cerrada en forma de “C” con unas 25 millas náuticas cuadradas y una línea de costa que ha sido clasificada dentro de las bajas fangosas donde se localizan gran cantidad de estuarios y un denso bosque de mangle donde la especie predominante es la Rhizophora mangle o Mangle Rojo.
El principal atractivo de la zona lo constituyen sus sinuosos estuarios, algunos pocos profundos y otros con profundidades de hasta 11 m, donde la sensación de serenidad que transmite el agua se complementa perfectamente con el aplomo de la figura de los árboles. Existen numerosos parajes que poseen interés para el desarrollo ecoturístico, donde podemos mencionar los esteros: El Tigre, Las Tres Bocas (donde desemboca el río Sajalices, Lagarto y la quebrada Espavé), Punta Pájaro y la región donde desemboca el río Capira Salado, sitios que además de los grandes paisajes escénicos, son lugares de observación de avifauna, herpetofauna y mamíferos.
Son estas zonas estuarias las que constituyen un ecosistema único y de incalculable valor, donde se reproducen un gran número de especies y su destrucción perjudica entre otras la producción de camarones de gran importancia en las exportaciones del país, puesto que el 70% de los camarones capturados crecen en los manglares donde encuentran protección y alimento; es obvio que por más que se tencifique la pesca, la productividad seguirá bajando si no se detiene la destrucción de los manglares. La otra cara de la moneda se ven representados por las actividades económicas como la extracción de arena y el aprovechamiento forestal que ponen en peligro las estabilidad de la costa y la conservación del santuario biológico